En una brillante manera de superarse a sí mismos, el dúo lo-fi de Ontario presenta su segundo larga duración. Más electro, más bipolar, mismo nombre (así es: su segundo trabajo también es homónimo).
Desde que se hace notar el estruendoso primer track, ‘Fainting Spells’, sabes que no estás frente a un grupo cualquiera. Con los Crystal Castles todo es blanco o negro, o los amas o los odias, generalmente no hay un tono gris.
Si creían que lo único que sabe hacer la vocalista, Alice Glass, es lanzar berridos y ponerse como cola de perro en festivales españoles, estaban muy equivocados, pues desde el tranquilo ‘Tell Me What To Swallow’ de su disco debut podíamos ver que la mujer sí que sabe vocalizar. Y lo demuestra bastante bien en el segundo tema, ‘Celestica’, donde además de conocerle una dulce voz que se tenía bien escondida, el sonido principal de la banda deja por un momento el 8-bit y toma caminos electrónicos más genéricos, pero nada aburridos.
El tercer track fue el preview que hizo que la gente babeara, el disco se leakeara y tuvieran que adelantar unas semanas el lanzamiento del LP: ‘Doe Deer’, una bofetada de distorsión y sampleos de ‘Insectica’, un tema no tan conocido de la agrupación.
Para la cuarta pieza, ‘Baptism’, tomaron una gran canción que estuvieron tocando en sus frenéticos directos, le quitaron un poco de letras y le dieron una manita de gato en general. Sin miedo a equivocarme les puedo decir que esta es la mejor canción del disco, y una de las mejores que han hecho en su corta carrera.
Los originarios de Canadá saben relacionarse muy bien: son compadres de los noiseteros HEALTH y además su música siempre ha sido recomendadísima por Trent Reznor (NIN). Tal halago no es injustificado, basta escuchar rolones con tintes de chiptune como ‘Vietnam’ o ‘Pap Smear’.
La mencionada señorita Alice es una de las mejores frontwomen de la actualidad, quizá está por alcanzar a Lovefoxxx (CSS) o Karen O (YYY). Sin embargo, Ethan Kath, la mitad masculina del dúo, sabe muy bien lo que hace, y esta vez sorprende con un sampleo a ‘Inní mér syngur vitleysingur’ de Sigur Rós en ‘Year Of Silence’, convirtiéndolo en un pesado y críptico mensaje.
Una gira mundial, muchas ideas y muchos remixes han hecho de este par una banda digna de ser recordada fuera del montón de nü-ravers que han pululado en los últimos años. Hasta se pueden dar el lujo de grabar en lugares tan exóticos como una iglesia en Islandia.
Por todo esto y más, Crystal Castles (II) va directo a la lista de lo mejor del año, y espero que hagan cosas igual de emocionantes en un futuro no muy lejano.
Spotify: Crystal Castles - “Crystal Castles (II)”
Este texto fue tomado de mi particiación en la Revista Aleph #16.
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