No fue la primera vez que Paul McCartney se presentó en México y esperemos que no sea la última (aunque al parecer ya está chocheando). El Estadio Azteca lucía tan lleno que no se podía mover uno por los pasillos de sección prole, dado que claramente hubo sold out. Luego de una animación eterna, el bírol vivo más famoso se apareció vestido de azul para comenzar con un “Magical Mystery Tour” que recorreríamos toda la noche.
A lo largo de la noche nos recetó un montón de covers de The Beatles, como era de esperarse. Entre los más sobresalientes, para mi gusto, fueron “Ob-la-di ob-la-da”, “Let It Be”, “Eleanor Rigby”, “Day Tripper”, “Something”, “All My Loving”, “Lady Madonna”, “Yesterday” y muchos, muchos otros. También tocó algunas canciones de sus proyectos solistas, de Wings y de The Fireman. Hasta en “Live And Let Die” hubo montones de fuegos artificiales que le dieron sabor épico al concierto.
Paul es un señor que con sus 69 años tiene un carisma impresionante, y sobre todo es un excelente showman. Lleva ese asunto de aprender un poquito de español para prender a la banda a un nivel totalmente diferente, sabiendo qué cosas exactamente gritar (“Son a toda madre”, “Hola chilangos”, etc.). Y le gusta, se regodea y disfruta de las aclamaciones de la gente, quienes son bastante generosos con un hombre que representa algo muy especial para muchos. Es lo más cerca que se puede estar con un cachito de una de las bandas que hizo cosas geniales con el pop y el rock durante el siglo pasado. El público le profesa su amor, llegan hasta a ladrar y maullar por él (literalmente), prenden sus encendedores y gritan como si no hubiera un mañana.
Aunque también hay que remarcar el lado malo del evento (del acto en sí no tengo queja alguna). El sonido era terriblemente bajo y chaqueto, comparable con aquel bodrio de bocinas del Corona Capital 2011. Reiterando, la zona General donde yo estuve, fue un relajo total: había gente en todas partes, en pasillos y escaleras, debido a una total falta de organización y sobre venta de boletos. Es una total desconsideración en materia de calidad de la experiencia para el usuario, y en asuntos de seguridad en casos de emergencia.
De cualquier forma, fue un concierto que olía a éxito desde que se anunció y resultó en algo que cumplió con la definición perfecta de palenquero y muy entretenido. En serio ver a Sir Paul es algo que se tiene que vivir para los fans de los Beatles.
Acá les dejo unas fotos tomadas por Chino Lemus y en este otro link el setlist.
2 comentarios:
Justa review... Proud, baby, proud...
Thanks :) Traté de ser justo jeje
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