En un día normal puedes hacer cualquier cosa. Puedes jugar con el perro. Puedes acariciar al gato. Puedes perseguir una pelusa a la deriva por la habitación. Puedes encariñarte con un buen libro. Puedes dedicar un tiempo a explorar la flora y fauna nociva de tu habitación. O simplemente puedes dejar que la inanición se apodere de tí y tarde o temprano terminarás actuando como un colibrí (véase Apu Nahasapeemapetilon). Pocas personas saben disfrutar de días como esos. Tienen un encanto especial y una belleza escondida que solo se libera a aquellos que están dispuestos a disfrutar sus delicias. Algo parecido pasa con los Dears y especialmente con este disco, que es de los pocos que he escuchado completos de su discografía. A veces hay que dejarse llevar por “Crisis 1&2” (mi favorita de esta producción), tal vez un poco de “Lights Off” para sentir cosas del pasado; o quizá algo menos calmado, por ejemplo “Demons”. Y así uno aprende a disfrutar de las cosas simples, como los días comunes y corrientes.
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