domingo, 15 de marzo de 2009

The Whitest Boy Alive - “Rules”

Somos muy ingenuos. Generalmente cuando en un concierto una banda le dice al público que los ama, y que en ningún lugar los han acogido como en nuestro país, la gente se vuelve loca, y se entrega totalmente. Pero este no es el caso de The Whitest Boy Alive. Ellos si lo creen de verdad. No me parece que si nuestro país les hubiera parecido un terrible muladar no se hubieran vuelto tan accesibles; no hubieran dado fabulosos conciertos en el Distrito Federal hace un par de años; no hubieras podido encontrarte por la ciudad al señor Erlend Øye caminando por las calles del centro; y lo más importante, no hubieran escogido un lugar tan especial como Nayarit para grabar su segundo álbum “Rules”.

Para los que se encuentren algo perdidos, The Whitest Boy Alive es la banda de rock pop minimalista del mencionado Erlend Øye, mejor conocido por su importante contribución al folk con Kings Of Convenience, aunque también cuenta con trabajos como solista.

Dicho lo anterior, puedo proceder a decirles que gratamente me encontré con este segundo disco. Y lo esperaba con ansias, puesto que su anterior “Dreams” es muy, muy bueno. Es una gran bofetada a todos los fans que aún discuten si lo mejor es Kings Of Convenience o The Whitest Boy Alive. Aunque dada su parcialidad, la respuesta queda con cada uno de los escuchas. Yo aún no me decido (probablemente nunca lo haré).

La portada del disco es de un estilo similar al anterior: un dibujo sencillo a blanco y negro, de una larga fila de personas haciendo una gran “R” (mas o menos como cuando es día de inscripción de actuaría).

Anteriormente usé la palabra “minimalista” para describir el sonido de la banda. No se si sea correcto usarlo pero no se me ocurrió alguna otra:  solo son guitarras sencillas, un tanto bailarinas, una batería discreta, bajo suave pero siempre presente, algo de teclados y también una pizca de sintetizadores. Pero todo en una dosis baja, que es la ideal. Justo para que resalte la voz de el hombre de los lentes graciosos. Es impresionante destacar como a veces lo más simple puede ser lo mejor.

Mis favoritas definitivamente son las que dejan a un lado los sintetizadores por momentos, y nos recetan grandes pasajes de guitarras simples y una perfecta sincronía entre voz, batería, guitarra y bajo: “Keep a Secret”, “Promise Less Or Do More” y “Dead End”;  quizá no he superado y no he olvidado lo maravillosa que es la canción con la que los conocí: “Burning”. Aunque tampoco es fácil resistirse a la repetitiva voz en “Courage” o “Time Bomb”.

Alguna vez estaba con unos amigos y comentamos que The Whitest Boy Alive es una banda muy “mañanera”. Pero debido a la subjetividad de la palabra no me queda más que recomendarles mucho este disco, y decir que se den la oportunidad de escucharlo todo, en especial “Intentions” con una generosa taza de café.

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The Whitest Boy Alive - “Rules”   (Vïa)

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