En el ajustado mercado de la comida chatarra y los revivals noventeros, hay una banda que logra sobresalir a todo el montonal de propuestas que tenemos cada segundo. Por supuesto me refiero a The Pains Of Being Pure At Heart.
Sin muchos años de experiencia, pero si muchos sencillos y lados b y demás curiosidades que nos recuerdan la vieja usanza de la distribución musical, estos chicos de los niuyores presentaron hace algunos meses su segundo disco, titulado Belong.
Ahora, dejando de lado toda objetividad (y es que los cabrones se las han arreglado para hacer el OST de mi vida en muchos momentos), Belong es un puñado de canciones para el joven adulto de hoy en día, plagado de voces con harrrta melancolía, letras bien sentimentales y muchas guitarritas con fuzz sabrosón, pero a la vez con suficiente pop para que sea una gran obra con composiciones simples en estructura, pero grandes en emotividad.
El brinco de su debut homónimo a este es bastante cumplidor, pues parece que Peggy y compañía se han dedicado a pulir una fórmula que ya manejan bastante bien: si acaso con un poco menos de distorsión y mayor dulzura que antes. Los highlits del disco son “Belong”, “Heart In Your Heartbreak”, “Terrible Friend”, “The Body” y “Heaven’s Gonna Happen Now”.
En TPOBPAH podemos ver la promesa de una banda que puede llegar a crecer mucho. Les falta madurar, claro está, pues un disco infalible no han hecho (por ahí de la mitad, las canciones son algo más que regulares), pero se compensa con la bondad y prendidez del resto, haciendo que Belong se cuele lentamente (y como señora gorda que quiere entrar a un apretado vagón de metro) a las listas de lo mejor del año.
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