Esta refrescante portada rosa representa un festín auditivo para los amantes del rock experimental; siendo más precisos, del el math rock. ¿Se podía esperar menos acaso de los padres del enigmático Mirrored?
Después de la salida de Tyondai Braxton, los pronósticos no eran nada alentadores para Battles. Vamos, esas tremendas composiciones no podrían quedar completas sin una parte de la mente creativa de la música. Pero con los primeros segundos de “Africastle”, la prinera canción del disco, cualquier duda se va disipando gracias a la majestuosidad con que va creciendo éste tema, para dar paso a la bailarina “Ice Cream”, que cuenta con todo el sabor y la colaboración del chileno Matías Aguayo.
Una buena parte parte del álbum ha quedado instrumental, marcando una diferencia con respecto a las poco convencionales voces de Braxton. Sin embargo, no es que el hecho anterior empobrezca el trabajo. Hay un montón de maravillas que hablan por sí solas sin tener la necesidad de tener letras: “Futura”, “Inchworm”, “Dominican Fade” y “Wall Street”.
Pero otra parte fuerte del disco es que derrocha en colaboraciones de 5 estrellas además del mencionado tema con Aguayo; la más notoria es el track que despide la producción: “Sundome”, al que Yamantaka Eye de Boredoms vierte toda su sabiduría musical. Pero esto no es todo, la veloz “My Machines” con Gary Numan se lleva las palmas al lado de la dulzura y el enigma que proporciona Kazu Makino de Blonde Redhead en “Sweetie & Shag”.
Gloss Drop es un grito triunfal de Battles. A pesar de mostrar un lado mucho más accesible que el que le conocíamos, han hecho un fantástico disco con rock de altísima calidad. Sin lugar a dudas, uno de los mejores del año.
No hay comentarios:
Publicar un comentario