Para una carrera tan vasta y variada como la de Babasónicos, es importante cubrir todos los momentos artísticos que han recorrido. En esta visita en particular, venían promocionando su reciente A Propósito, mismo que se intercaló perfectamente con clásicos como “Deléctrico” o “Los Calientes”.
El concierto comenzó con una puntualidad muy aplaudible en estos tiempos para el Auditorio Nacional. Tan pronto como estaba programado el recital, se apagaron las luces del auditorio para mostrar la utilidad de una estructura estilo andamio, proyectando la imagen de un hotel. Los primeros acordes después de una introducción instrumental fueron los de “Flora y Fauno”, tema de su décimo disco.
Desde la cima de la tarima, partió Adrían Dárgelos a interpretar con gran habilidad un tema anterior y un tema viejo (este patrón sería mas o menos regular a lo largo del concierto). Y ya para la segunda canción, “El Ídolo”, se bajó para cantarle más cerca al público, quien, por cierto, no logró llenar la sección pudiente.
Además de la vistoso escenario, los ajustados trajes de varios integrantes de la banda resultaron bastante llamativos también. Sus andróginos bailes durante temas como “Microdancing” y “Muñeco de Haití” fueron la comidilla de la noche.
Uno a uno, los hits llegaron para hacer gritar a fans tanto de la época de rock sónico de la banda, como de sus tiempos más rockpoperos: “Irresponsables”, “Egocripta”, “Sin Mi Diablo”, “Pobre Duende”, “Posesión del tercer tipo”…De las nuevas, las que suenan mejor son “Tormento”, “Fiesta Popular” y el sencillo “Deshoras”.
Un gran cierre con gigantescos fuegos a un setlist de 30 canciones y “Demononomanía” nos hacen afirmar que los más de 20 años le han dado a Babasónicos una maestría en hacer shows en vivo, dejando a todo el mundo con una sonrisa debido a su gran calidad de interpretación y la teatralidad de su vocalista.
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