Un poco después de las diez de la noche y después de embriagarnos con la barra libre de refrescos y churritos, un mejor comienzo no pudo haber existido: la electrónica "It's so easy" seguida de "Dance With The Devil", mostrando cómo el último disco, Something To Die For, ha madurado bastante bien y están más que listos para explotarlo como se debe en su recién comenzada gira norteamericana.
El set continuó con la emotiva "No One Sleeps When I'm Awake",
del Crossing The Rubicon, canción calmada pero sin duda emotiva,
seguida de la que para mi es candidata a canción del año –“The No No Song”-,
siempre tan melódica, siempre tan energética.
Para no bajarle al ritmo, siguieron con “Song With A Mission”,
dando una verdadera cátedra de cómo hacer buen power pop y cómo ser una
excelente frontwoman, cortesía de una muy sexy Maja, quien a pesar de no traer
su coqueto pañal esta vez, su sensualidad implícita (y explícita) se conjugó muy
bien con su decadencia adornada de un par de eructos.
En las canciones siguientes –“Mine For Life”, “Yeah Yeah Yeah”-
Maja aprovechó para decir cuánto ama al público de la ciudad de México, y se
lamentó de que el escenario estuviera tan alto, ya que en el Amapola, los
artistas tocan más o menos a 3 metros de altura.
Después de tocar la prendida y ardida “Ego”, se quedaron
únicamente la cantante y un guitarrista para interpretar una versión íntima de
“Night After Night”, continuando con la melcocha “4 Songs & A Fight” y
“Dorchester Hotel”, no sin antes transportarnos a un rave noventero con “Better
Off Dead”.
El setlist
fue dos canciones más corto comparado con el de aquella
épica noche del Covadonga hace unos meses, pero un final con cuatro básicas
(“Living In America”, “Tony The Beat”, “Painted By Numbers” y la rola que le da
nombre a la gira), glowsticks y lluvia de globos nos dejó a todos con un
excelente sabor de boca.
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