Este no es otro tonto álbum de dream pop. Bueno, la verdad sí, para qué demonios los engaño, pero tiene unos bonitos toques kraut que pueden valer la pena.
School Of Seven Bells llevan ya tiempo en el negocio, siendo Ghostory su tercer álbum. Muchos la vieron cerca cuando Claudia se salió de la banda, pero su gemela Alejandra y Brian (quien en algún momento de la vida estuvo en las filas de los Secret Machines) se las arreglaron para seguir adelante.
El resultado es un disco bueno, aunque es de lamentarse que no aporte nada a los asuntos actuales. Ghostory tiene mucho pop, muchas voces etéreas, todo llevado de una manera muy elegante a la pista de baile mediante maquinales baterías. Tiene un buen concepto: los temas giran alrededor de una chica llamada Lafaye y los fantasmas que la rodean. Sin embargo, los verdaderos fantasmas que rodean al disco son los del aburrimiento y la monotonía, pues fuera de “Lafaye” (GRAN tema), “Scavenger” y “The Night”, el disco se siente lento y pesado. Más suerte para la próxima.
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