¿Qué demonios pasa en Australia? En serio, ¿qué demonios? ¿Por qué hacen música tan buena, caray? Nunca he tenido la oportunidad de visitar dicho país del hemisferio sur pero mi oído musical babea (no literalmente, por supuesto) con las delicias electrónicas de Cut Copy, el potente stoner rock de Wolfmother y el finísimo pop de Architecture In Helsinki, entre MUCHOS OTROS.
En la reseña de ésta ocasión están precisamente unos australianos que, si bien no son brutalmente populares, con sus cuatro discotes que ponen a bailar hasta al más amargado. Por supuesto me refiero a PNAU, quienes recién acaban de estrenar su Soft Universe.
Pero, a ver, primero: ¿qué demonios, quién o con qué se come PNAU? Permítanme presentarles a Nick Littlemore y Peter Mayes. Quizá los nombres estén mejor contextualizados en el arrollador éxito que ha tenido Empire Of The Sun, banda de la que Nick fue la mitad durante un tiempo y Peter fue productor, ambos al lado de Luke Steele de The Sleepy Jackson.
Ahora con un poco más de calor podemos ahondar en el cuarto disco de la banda. Soft Universe es un paso adelante en la carrera de PNAU, puesto que han logrado la ambiciosa meta de coger el sonido propio y evolucionar en algo fresco, sin perder lo que lo caracteriza.
Así es como han dejado atrás sus épocas con una vena más electrónica muy al estilo de Groove Armada o Basement Jaxx para dar paso a un sonido mucho más digerible, siendo los sintetizadores y demás artilugios electrónicos el principal ingrediente de sus canciones.
Sin duda, el ingrediente básico de Soft Universe es el pop. Pero un pop de gran calidad, no pop de veinteañera con tacones y buen ver a la que le dieron un micrófono y ahora finge que canta (fenómeno muy concurrido, sobre todo en la escena comercial de nuestro país).
De principio a fin, tenemos una cuasi docena de canciones fácilmente escuchables, y por qué no hasta pegajosas. Desde el ruido que se comenzó a hacer con el sorpresivo lanzamiento del primer sencillo, “Solid Ground” ya se veía venir algo bueno, pero cañonazos como “The Truth”, “Better Way”, “Unite Us” o “Epic Fail” confirman los presagios y hacen de éste disco, un buen exponente de la música del verano 2011 que le tiraba a la perfección salvo por el pequeño bache que se genera en “Glimpse”.
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